Aslan Gibi

Estoy aquí. Otra vez. Esperando por mi papá. Hoy tenía consulta con su médico pero nos mandaron a emergencia. Mi papá no está bien.

Esta es prácticamente nuestra 2da casa. Ya las enfermeras lo reconocen, ya saben su nombre y lo tratan con cariño. Pero sé que eso no lo pone feliz.

Venir a este lugar es triste, deprimente. Nadie se ve contento aquí, todos tienen miradas apagadas, miradas que indican que saben que lo que tienen es complicado, que esto es un duelo y que el más fuerte gana.

Lamentablemente las fuerzas se nos tan acabando. Hablo por mi papá, por mi familia y tristemente por mi.

Yo que soy la “más fuerte” de los 5, la que ha estado optimista frente a toda esta revolución que llego a principios de este año, la que trata de subirle la moral a mi viejo cada vez que se derrumba. Yo. Es complicado seguir siendo así. Veo que él ya no quiere luchar, ya no quiere seguir adelante, ya no quiere más y yo, con mis palabras de aliento y mi optimismo no somos suficientes.

Quisiera que todo el dolor por el que mi viejo esta atravesando me lo den a mi si es que se pudiera. No sé que cosa hacer para que este tranquilo, para que no se queje, para que vuelva a ser mi papá, ese gordito bonachón que era lo máximo y que jamás se daba por vencido. Ese papá ya no está más y yo lucho cada día por traerlo de vuelta pero cada día eso se complica. Y yo me siento inútil. Porque no puedo atenuar su dolor, no puedo reconfortarlo como se debe.

Desde hace unos meses, se invirtieron los papeles, mi papá es como un hijo al que tenemos que atender, cuidar, darle de comer y algunas veces vestir. Él se siente inútil por eso. Acostumbrado a valerse por si mismo, le jode que ahora tenga que depender de nosotros para su día a día.
Complicado para el y complicado para nosotros que tratamos de encontrar alguna forma de verlo feliz, sin dolor por un día y que esos días lleguen a nosotros como cuentagotas.

Sus tratamientos cada vez los siente más, se siente débil, no quiere comer, ni puede dormir. Díganme si eso es vivir.

Ya no se qué hacer y me siento frustrada. Me siento como metida en un hoyo del que cada vez que encuentro alguna forma de salir, me echan más tierra y me dejan en el fondo, en la oscuridad. No imagino lo que mi papá debe o debió sentir en todo este proceso. No quiero imaginarlo.

Ya tiene que regresar de sus ecografias, radiografías y demás exámenes que le han pedido. Hoy se quedara aquí, en este lugar triste por 3 días hasta que se siente un poquito mejor y le vuelvan a hacer su tratamiento. Y todo vuelva a empezar.

Yo seguiré pensando en como ayudar, que hacer y sobre todo qué decir sin chillar como mariquita.

Ser fuerte como un león es lo único que queda.

Forever?

Jamás escribí sobre esto porque no tenía sentido en ese entonces.
Bueno, quizá si pero hubiera escrito con mucha ira y esos post’s son a los que más temo. Regrets are for pussies. Well, I am a pussy then.

Yo tengo problemas para relacionarme con la gente. Mis verdaderos amigos no pasan de 5. Soy muy desconfiada. Yo no abro mi vida, mi corazón ni mi casa a personas a las que yo no considere leales, fieles, de esos que pueden dejar pasar un camión encima de ellos para protegerte. De esos que ya no hay. Lamentablemente me vieron la cara. 2 veces. Y si, dolió.

(Yo hice algo peor a una amiga y si, el karma es una jodida realidad. Vaya que sí lo es)

No sé por qué lo hicieron. No sé por qué yo lo permití. En la primera, ellas eran las mejores. Entraban a mi casa, comiamos juntas, ándabamos de arriba para abajo. Sabiamos todo de todas y habia mucha confianza. Un dia, decidieron que ya no eran mis amigas, hablaban de mi con los demás, hablaban horrible, rajaban de mi vida, de mis gustos, de todo. Todo porque el chico que les gustaba no queria con ellas (y tampoco quiso conmigo at the end je!).Terminaron la locura de su club “Odiamos a esta chica” cuando se pasaron de la raya intentando hacerme “brujería” wannabe y rompiendo mi cuaderno de matemáticas. Las 3 terminaron pidiendole perdón a mi mamá viniendo a mi casa llorando por todo “el mal” que habian hecho. Mucho drama por nada. La cojuda fui yo que permití que todo eso pasara. Por ser tan yo y dejarlas hacer lo que querian conmigo. No hay otra.
En la segunda, no estoy segura que pasó. No es que yo sea resentida, ni reconrosa pero hay temas que asi nomás no se olvidan, no se pasan por alto y yo creí que tenía un apoyo porque esta persona sabía absolutamente todo sobre mi, lo que pasó y lo que pasaba en ese entonces. Y de un dia para otro, decidió que queria jugar del otro lado, que queria ver que cosa sucedía en ese lado y saltó. Se fue y yo ya no la pude detener (ni creo que ella haya querido deternerse). Llamenme loca y dramática pero yo lo tomé como traición, o sea yo no sé como pudo irse, asi tan rápido y ser tan fresca de hablar como si nada con una persona a la que destruimos juntas con palabras, con burlas, con dibujitos estupidos que haciamos y todas las parodias que inventamos. No sé. No me cuadró y jamás me cuadrará esa idea. ¿Como se habría sentido si yo hubiera hecho algo parecido?. No sé.
Al final, cuando todos se enteraron lo sucedido, me sorprendió la cantidad de gente que me preguntó: ¿Recien te das cuenta de cómo era? Vamos, no era tan dificil, si estaba clarísimo. Lo siento, para mi era la mejor persona que existia y no, no me di cuenta.

Pero bueno, las cosas pasan por algo. Quizá no estaba destinado que yo sea amiga de toda la vida con todas estas personas. Quizá, de esa manera, el flaco de arriba me estaba diciendo que no sea tan cojuda con las amistades.

Los buenos momentos son los únicos que queda recordar.

 

 Soy muy mariquita para escoger canciones.

Otra vez

Me dió otro ataque. Fue terrible.
Exploté y mi cuerpo simplemente se apagó. Mis manos y la parte derecha de mi cara entumecidas. Llanto y desesperación de por medio. Nada respondía. Nada funcionaba correctamente. 30 minutos de shut down.
Esta tercera vez fue igual a las demás, igual de triste, igual de horrible.
Ya no tengo acceso a ninguna red social por decisión propia. Sólo tengo teléfono y esto, mi blog. Ya no quiero nada de eso. Sólo quiero arreglar este desbarajuste antes de que este acabe conmigo y yo termine en un hospital o en otro lugar. Quien sabe. Ya he estado cerca.

Yo solo quiero ser feliz. Aunque eso sea una utopía por ahora.